viernes, 20 de noviembre de 2009

De la noche a la mañana.

El miedo se instala en la espina de la noche.
Es un germen disuelto en fragmentos quirúrgicos,
esparcido lentamente sobre arterias
abiertas como bocacalles.

Más tarde la mañana será un ave migratoria
que extiende sus alas,
el aire vibra en pequeñas ondas y espasmos arteriales.
Pero aquí las sombras se quedan para siempre,
ensartando sus espinas sobre el mismo miedo
de esta noche que se fuga estrepitosa.

Un atisbo del diablo se pasea entonces entre las pálidas estrellas.
Se oyen llantos pedigüeños, destellantes agonías de campanas.

Luego vine el pan podrido hasta nuestras puertas;
olemos su sangre, gozamos su sustancia maldita.
La muerte clava sus dientes sobre sus cáscaras
y tú te quedas congelado, dando a luz un entrecejo.

Los piadosos no escapan del silbido de las nubes,
no esquivan las serpientes arrojadas desde el cielo,
y el sol ya está aquí,
plantado sobre un número impreciso de caras sin facciones.

Pero nada de esto es lo que parece,
porque tus pupilas sólo flotan sobre charcos,
y mientras comas de la obtusa mandrágora,
no habrá más que espinas decorando otra vez el miedo,
que ha reinado sobre el resto de las noches.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué hemos de esperar por la mañana?

¿Cuántas veces aquél desdeñoso acontecimiento empobrece el alma con su patética luz y anuncios de dentífrico?

Mi mañana residual es el espleen de saberse hombre y termina en Trimegisto...

Mi mañana es la fealdad del absolutismo; es el fracaso constante de encontrar como testigo al espejo.

Un Dorian Gray de bolsillo acumulando canas y reumatismos insólitos.

Anónimo dijo...

Brazos abiertos como invitando a un abrazo imposible, ojos mirando a ningún lugar, y un montón de imposturas repitiéndose como si un par de sílabas bien ordenadas quitase de sus débiles mentes el pánico de saber que el tiempo tiene su medida.
Tu texto me quita las ganas de seguir respetando a los que viven, de algún modo, y no mueren caminando por las mismas calles que transito.

likhan dijo...

tus muertos asemejan a los mios,
vagan de aqui para alla con su olor putrefacto, sin flores y marchitos, llenos de gusanos.
muertos que no visitaré mas por que no merecen que por ellos devuelva mis pasos...brazos ajenos
brazos cruzados que esos muertos sean bien enterrados