sábado, 31 de mayo de 2008

Vistazo al fondo marino

El fondo marino es inconsolable.
Sus fosas perdidas, los muertos bajo el cielo incierto del coral,
el eco sin rumbo, vagabundo mecido por los peces noctámbulos;
la noche deshecha sobre la misma noche,
regada en la tinta negra de un calamar;
la noche expiada por corrientes luminosas,
incrustada en remolinos que jadean como cetáceos.

El fondo del mar está viejo e inconcluso…
¿Cuándo acaba su abismo de bestias prehistóricas?
¿Dónde olvida al cadáver del narval?
¿Cuántas veces habla al náufrago, amarrado al mástil de un navío apolillado?
¿Cada cuánto lo acurruca entre sus ojos de medusa?

El fondo marino es una fosa austera, sombría y taciturna,
una tumba fría como el labio de un pirata arcano,
la oscura puerta de un sótano que se abre hasta la muerte.

lunes, 26 de mayo de 2008

Fuga. (por José Gutierrez)

Fuga.

Huyendo de tu abrazo llegue
A la estratosfera.

Y ahí flotando; tan cobarde,
Recordé cavidades y cheques impagos.

En el júbilo de tu ausencia, vagué perpetuo y fehaciente,
Sembrando soles vagos, aventando salivazos sin gravedad.

En el silencio espectral; supe reconocer con fatiga;
Tu rostro parpadeante, riendo en un satélite.


Puedo llegar tan lejos; agotar el peso íntegro del cosmos.

Y quemar hasta el hastío los eléctricos núcleos congelados.


Mas el timbre destructivo de tu queja hambrienta,
Dobla el espacio inefable, disipando anillos y cuerpos celestes.

jueves, 22 de mayo de 2008

Om. ( Una charla.)

Om.

Vino la dadivosa muerte un día, dejando mercados vacíos en su fetidez tan floral.

Acercóse condescendiente, y en un acallar unánime; reveló:

El conocimiento radica profundo en la sangre; la capacidad de dominar lenguas foráneas y resolver sin duda los enigmas sociales; es la capacidad innata de viajar sin moverse, de elevar la conciencia a estratos etéreos e inalcanzables.

El conocimiento radica en las venas inefables; dañando los esquemas nefandos de la unión entre macho y hembra, dejando de lado la cría y el absolutismo mediocre de procrear para ver reflejado en gloria la imagen de un fracaso rotundo.

El conocimiento radica donde el deseo más oscuro pasa a reemplazar por quirúrgicos hielos la pasión y el amor propio, destruyendo con creces la cáscara para volverla cápsula.

El conocimiento mata. Se lleva el alma al lugar inalcanzable donde no existe más el Yo al fundirse con el Puedo. Asesina el ansia de existir; creando el hambre por definir.

En el borde del interior existimos, como cortando con acero una sombra perpetua que ríe a nuestras espaldas para recordarnos a diario que de universo nos equivocamos.

Es esa dulce risa la que te recuerda que estas aquí para prevalecer. Por sobre todas y cada maldita cosa.

Lanzando al río un saco lleno de lactantes a morir en el frío.

El conocimiento radica en eliminar la inocencia y la pureza ridícula de la juventud en la piel.
En voltear los ojos para observar el tiempo.

En que el tacto sea el vino melancólico de festividades muertas.


En abandonar el día por aquellas necias horas de insomnio.



( Vuelvo a ver en el espejo la caricia cálida de la muerte; fanfarrona, tan grandiosa.
Saluda al paso para traerme aquello que había olvidado; como el más suave murmullo detrás de mis orejas..... Reposando ebrio con el cáliz entre mis dedos.)

Ceguera. ( Por José Gutiérrez.)

Ahora que los días casi cesan su paso que atrofia,
El síndrome agobia en su plenitud.
Avasalladora e implacable la locura y el caos solemne.

Ahora que el odio es el néctar que derrocha mi alma.
Bestias y carruajes tiran de mi insana cordura,
hasta hacer del bien un estado inocuo.

Ciego ante el tiempo nefasto, confuso y limítrofe.
Ciego ante las caricias cínicas del consuelo amargo.

Ahora que puedo yacer derrotado en el infierno.
Los antiguos pesares se vuelven mi idilio colectivo.

“El dolor es solo una senda corruptible”
Pensaba de niño. El dolor es la única senda asimilable.


Creo poseer la exacta ciencia que funde horror y metales.
Y el poder de blandir una espada de rencores.
En el zumbar de los oídos paganos e infieles;
La amargura sucede a la justicia; levedad y absoluta vacuidad
sacuden el pecho como viejos y gastados sentimientos.


Ceguera como inalterable paz.
Sordo ante los cánticos que me ausentan del nuevo mundo.

Como vasijas de mal purísimo enviudando el alma del corazón.

Sordo ante las súplicas de cada bestia de cemento.

Filtrando a Dios entre oro y agua sucia.
Ciego ante los fenómenos marchitos de Satán y su juerga.

Ciego ante el amor inexpugnable de las heridas abiertas.

Expectante de ser testigo. Eterno para vagar entre muertos.

Ciego hacia la luz final y humillante.
Sordo ante la perfección demacrada del cosmos.



Ciego porque el día solo expone los colores del fracaso.

sábado, 17 de mayo de 2008

La Calle. (por José Gutierrez)

La calle suele ser silente testigo,
de los destellos metálicos de luz artificial;
Qué cínicos y a la vez certeros muestran, las formas obscenas de el rostro más santo.

Vejez y muerte superan con creces la virtud.
Siglos se muestran sabihondos y ríen, en la entrepierna seca de la ramera urbe.

Tú que vives bajo esa misma luz. Consorte hipócrita y embajador de ausencias.
Viviendo a costas de la robada inspiración.

Lucrando el brillo de las retinas ignorantes.
Bebiendo a borbotones de la fe pasajera.
Demonio clandestino que cuelga del rosario.

Todos a quienes la sombra hace brillar como joyas de asfalto.
Todos a quienes pudren la esencia y el espíritu,
para hacer del óxido unas dulces fresas; y único sabor.

Tú que niegas la existencia de un límite banal, escapando a la ceguera y santa estupidez.

Todo secreto reside en las cuencas desnudas de la sólida roca,
ciudad cómplice del calvario asesino, de la ansiedad progresora.
De la adicción candente. De todo el sexo condenado a parodias vagas.

Pusilánimes amoríos y certeras puñaladas, al corazón maestro y la risa que se olvida.


Estás ahí??


Ya olvida que nacimos para crecer.