sábado, 17 de mayo de 2008

La Calle. (por José Gutierrez)

La calle suele ser silente testigo,
de los destellos metálicos de luz artificial;
Qué cínicos y a la vez certeros muestran, las formas obscenas de el rostro más santo.

Vejez y muerte superan con creces la virtud.
Siglos se muestran sabihondos y ríen, en la entrepierna seca de la ramera urbe.

Tú que vives bajo esa misma luz. Consorte hipócrita y embajador de ausencias.
Viviendo a costas de la robada inspiración.

Lucrando el brillo de las retinas ignorantes.
Bebiendo a borbotones de la fe pasajera.
Demonio clandestino que cuelga del rosario.

Todos a quienes la sombra hace brillar como joyas de asfalto.
Todos a quienes pudren la esencia y el espíritu,
para hacer del óxido unas dulces fresas; y único sabor.

Tú que niegas la existencia de un límite banal, escapando a la ceguera y santa estupidez.

Todo secreto reside en las cuencas desnudas de la sólida roca,
ciudad cómplice del calvario asesino, de la ansiedad progresora.
De la adicción candente. De todo el sexo condenado a parodias vagas.

Pusilánimes amoríos y certeras puñaladas, al corazón maestro y la risa que se olvida.


Estás ahí??


Ya olvida que nacimos para crecer.

1 comentario:

Andrés Ibáñez Carrillo dijo...

Está interesante la propuesta, humanoide. Es un texto engatuzador. Sin embargo, observo demasiados artículos que estropean un tanto el ritmo de lectura. Ahora, si no te interesa el ritmo... asunto tuyo. Por lo demás, es agradable leertextos de esta ídole.