domingo, 2 de septiembre de 2007

Inclemencia

Inclemencia


Mi corazón es una piedra incrédula,

acuchillada por las ráfagas de la nostalgia;

pero aquel puñal insufrible no consigue desangrarlo,

y sólo logra monótonos fulgores

que no iluminan la tiniebla de esta noche luctuosa.

A mi corazón lo orbitan moribundos meteoros,

que rasgan imprecisos el sótano de sus cuestas;

en picada trazan líneas explotando como bultos de carne putrefacta.

Crece la cáscara de mi corazón

y los esbirros, envidiosos, ya no pueden destriparlo.


Mi corazón es un estante vacío,

adentro su desierto huele como la hiel.

Un viento noctámbulo transpira de sus grietas,

marchitando el horizonte y cuajando mi garganta.

Porque mi corazón es el más grande de los desaires,

un alud que sepulta la farsante presencia de la alegría.


.

1 comentario:

Dante Ramìrez dijo...

Otra obra poètica muy propia de andresillo,cargada de pasos de araña de rincòn, que teje sus màs profundos sentimientos en el lado oscuro de su sombra de niño.