domingo, 12 de agosto de 2007

Lo que he visto de ella.

Lo que he visto de ella.

Ahí está la sonrisa,
tan roja
y apunto de abrirse los labios
quieren mostrarme colmillos;
pero debajo hay perfectos cuadros de porcelana,
perfectos,
como si fuesen dientes.

Y qué se yo qué están pensando esos ojos;
mirando fijos,
de costado,
espiando por el rabillo,
descubriéndome leves impulsos.

Y una y otra vez vuelven los labios,
los dientes,
el rabillo y los párpados,
y una lengua tan queda.

Tan blanca,
tantas lunas tiene esa cara,
tantas colinas ese cuello,
y nunca hablas…
nunca;
sólo hay tus rabillos y tus párpados,
el rojo de esa lengua,
y unas lunas,
suspendidas en la imprudencia del alba.